La anemia es una afección en la que la cantidad de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina en ellos es inferior a lo normal. Afecta principalmente a mujeres y niños.
La anemia ocurre cuando no hay suficiente hemoglobina en el cuerpo para transportar oxígeno a los órganos y tejidos.
En casos graves, la anemia puede provocar un desarrollo cognitivo y motor deficiente en los niños. También puede causar problemas a las mujeres embarazadas y a sus bebés.
La anemia puede ser causada por mala nutrición, infecciones, enfermedades crónicas, menstruaciones abundantes, problemas con el embarazo y antecedentes familiares.
En muchos entornos de ingresos bajos y medianos bajos, las causas más comúnmente reconocidas de anemia son la deficiencia de hierro y la malaria.
Consumo de alimentos que impiden la absorción de hierro (consumo excesivo de infusiones como el té), inseguridad alimentaria y mala calidad de la dieta con alimentos con bajo contenido de hierro y proteínas.
Hay factores sociales determinantes como: falta de servicios de agua, saneamiento e higiene adecuados, así como la precariedad de la infraestructura de las viviendas, lo que puede contribuir al aumento de las enfermedades infecciosas.
La anemia causa síntomas como fatiga, reducción de la capacidad de trabajo físico y dificultad para respirar. La anemia es un indicador de mala nutrición y otros problemas de salud.
Los síntomas comunes y no específicos de la anemia incluyen:
No hay mejor forma que hacer frente a la anemia que mejorar la alimentación de los niños que incluya diariamente alimentos de origen animal como sangrecita, bazo, hígado, carnes rojas, pescado; ya que son las mejores fuentes de hierro hemínico. El hierro hemínico es absorbido de forma directa por el organismo.
Asimismo, consumir legumbres como lentejas y frijoles, también vegetales de hojas verde oscuro como espinacas, acelgas, etc. que deben ser consumidas con alimentos que contengan vitamina C para que el organismo pueda asimilar el hierro vegetal.